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La Policividad Del Ejercito Colombiano; Daniel Felipe Azuero Ortiz

Actualizado: 1 jul 2020

El reciente escándalo expuesto por la revista Semana, (las carpetas secretas) en donde revelan las pruebas de un programa de seguimiento informático por parte de varias unidades del ejército nacional. Actividades que consistían en el espionaje y recolección de información masiva e interceptaciones ilegales de más de 130 personas, entre ellos periodistas nacionales e internacionales, políticos y sindicalistas.


Esto ha generado una gran polémica por parte de varios sectores de la sociedad colombiana, distintos medios de comunicación de carácter nacional y global, organizaciones internacionales, gremios laborales y hasta el presidente Iván Duque junto con el ministro de defensa Carlos Trujillo; han rechazado este tipo de acciones que se venían realizando desde el pasado mes de enero y han solicitado una avance investigativo por parte de los generales del ejército y las fuerzas militares para aclarar los hechos.


No cabe duda de que estas acciones son características de una figura policiva estatal, la situación ha puesto en tela de juicio la seguridad y privacidad que tenemos los colombianos frente a la fuerza pública, como si viviéramos en un panóptico, sometidos a la vigilancia y exposición de nuestra nuda vida, de nuestra intimidad.


Es posible lograr plantear una serie de dudas, claves para ver el trasfondo teórico-estatal de este escándalo del ejército. La primera, como base, es mirar ¿Cuáles eran las intenciones y/o causas para realizar estos espionajes por parte de la fuerza pública? ¿Aquellas personas eran consideradas un peligro institucional?


Entendemos como base que el estado debe, entre otras cosas, proteger los derechos individuales de los ciudadanos, y para esto se entiende como legitimas distintas acciones preventivas y sancionatorias. Por lo tanto, es paradigmático pensar que, en caso de que las intenciones del ejército sea tener vigilancia de aquellas personas consideradas como un “peligro”, se limiten los derechos individuales con el fin de proteger a los mismos. Garantizar la preservación mediante la vulneración.


Aún queda mucho por resolver. Este escándalo nos muestra que somos más vulnerables de lo que creemos, que somos seres expuestos tal vez como un dispositivo biopolítico, hay que esperar cómo evoluciona esta situación.

Daniel Felipe Azuero Ortiz.

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