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La Justicia Injusta; Alejandro Morales

A lo largo de la historia moderna, Estados Unidos ha tomado por voluntad propia el papel de justiciero global, cargando con las obligaciones que esto conlleva. Conocido como el país de las libertades y la justicia, siempre ha sido considerado como la nación ejemplo a seguir. Sin embargo, diversas decisiones judiciales de los Estados Unidos en las últimas décadas ponen en entredicho su supuesto papel como justiciero global y demuestran su inmoralidad a la hora de actuar. ¿Son ellos los jueces del mundo, o son una simple justicia ordinaria sin moral alguna?


En 1987 Carlos Lehder, fue extraditado a Estados Unidos acusado por delitos de narcotráfico, y condenado a 135 años de cárcel. Sin embargo, Lehder se suscribió a un acuerdo de cooperación con este gobierno para testificar contra el exdictador panameño Manuel Antonio Noriega con el propósito de que le redujeran su condena. Según Lehder, los ofrecimientos por parte de la justicia americana eran una pena inferior a 30 años y además no sería mayor que la de Noriega, y esto último fue confirmado por el fiscal del caso. No obstante, a Carlos Lehder no le cumplieron nada de lo prometido. Los 30 años pasaron, Noriega recobró su libertad, y Lehder continuo preso hasta junio del 2020. Este ejemplo, uno de muchos, demuestra que la justicia estadounidense actúa parcializadamente según sus propios intereses que no siempre corresponden a la ley. Por consiguiente, un sistema que actúa injustamente y no cumple con lo pactado no puede ser considerado como un modelo justo, y menos aún debe ser visto como un ejemplo a seguir por otros países.


En abril de 1988, Carlos Ramón Matta Ballesteros, fue extraditado de Honduras a Estados Unidos por delitos de narcotráfico. Sin embargo, esta extradición nunca debió ocurrir ya que entre Honduras y el citado país no existía ningún tratado de extradición. De acuerdo con investigaciones posteriores, agentes estadounidenses actuando de la mano con las autoridades locales, capturaron, o mejor dicho, secuestraron o retuvieron ilícitamente a Matta y lo trasladaron República Dominicana sin aparente motivo. Pero apenas llegó a República Dominicana, fue detenido por las autoridades de ese país y posteriormente extraditado a Estados Unidos, ya que este país sí tenía un tratado de extradición. Este ejemplo demuestra que los Estados Unidos han cometido acciones ilegales con el fin de hacer “justicia”, sin embargo, parte de la justicia es hacer lo correcto, y en este caso, eso no ocurrió. De haber hecho lo correcto, los militares hondureños no estarían enfrentando grandes penas en la actualidad. No se puede justificar el encarcelamiento de alguien con el fin de hacer justicia si para lograr el cometido se incurre en un delito, por lo tanto, lograr justicia mientras ocurren injusticias, es simplemente imposible. Incurrir en este tipo de comportamientos es una clara demostración de la falta de moral presente en este sistema judicial, y un sistema inmoral nunca va a poder juzgar ni adecuada ni justamente los casos a los que se enfrente.


No obstante, por alguna razón la justicia de Estados Unidos es reconocida internacionalmente y considerada paradigma a seguir. No han sido pocas las investigaciones que el gobierno de este país ha empezado y que han llevado al descubrimiento de grandes escándalos como el escándalo de corrupción en la FIFA o el escándalo de corrupción de Odebrecht. Y es la realización de dichas investigaciones la que le han valido su papel de “jueces del mundo” o de “policías globales”. Es su capacidad investigativa y financiera que le da el poder de desenmascarar grandes entramados criminales que violan cuanta ley exista. Esta es una justicia que en pro de crear un ambiente “sano” libre de delitos, y de probar que ninguna fuerza está por encima de ellos, está dispuesta a hacer todo lo posible para enjuiciar a los culpables. Puedo afirmar que ellos siguen la idea maquiavélica de que el fin justifica los medios, el fin, la justicia, y los medios, lo que sea necesario para conseguir esa justicia. Sin embargo, esa idea no puede ser aplicada en la sociedad actual dada la importancia del debido proceso en cuestiones judiciales, por lo tanto, el comportamiento estadounidense es completamente injusto y reprochable.


En conclusión, los Estados Unidos son vistos por el resto de los países como ejemplos a seguir en innumerables aspectos, incluyendo su justicia, pero esta es todo, menos justa. No se puede ignorar el hecho de que esta justicia ha descubierto y juzgado grandes entramados de corrupción que afectan a todo el planeta o que ha juzgado a parte de los peores criminales que existen, pero, ¿todo lo anterior a costa de qué? ¿Es justo violar el debido proceso para declarar a alguien culpable, aunque lo sea?, ¿o es justo lograr una condena mientras se engaña a otros, o es justo incumplir con lo pactado? Un estado que tenga que incurrir en injusticias para lograr la justicia, es simplemente, un estado corrupto.

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