El exjefe paramilitar de las AUC, Salvatore Mancuso, fue extradito a los Estados Unidos en el 2008 durante el gobierno de Álvaro Uribe para cumplir una condena relacionada con delitos del trafico de cocaína. El día de hoy Salvatore Mancuso ha cumplido su condena en los Estados Unidos, a lo que el Ministerio de Justicia y la Fiscalía colombiana solicitaron la extradición de Mancuso de vuelta a Colombia para que termine de responder por cuentas pendientes que tiene en el país. Sin embargo, Salvatore Mancuso solicitó negar la extradición a Colombia, y en cambio pidió ser enviado a Italia – ya que es hijo de padres italianos y posee la nacionalidad – para pasar el resto de su vida en ese país. Es importante preguntarnos ¿Qué implicaciones tiene el hecho de que Mancuso sea extraditado a Colombia, o sea enviado a Italia?
Mancuso fue uno de los jefes paramilitares mas importantes de las AUC, que con la muerte de Carlos Castaño en 2004 se convirtió en el máximo comandante de este grupo armado. Se le atribuyen más de 100 masacres y más de 800 víctimas mortales durante sus años de mandato. Incluyendo las acciones de drogas que uso para financiar la guerra paramilitar. Para entrar en concreciones, se pide que Mancuso vuelva a Colombia para el proceso de reparación de víctimas fruto de los acuerdos de paz y de la JEP. Aunque él ha manifestado el peligro que corre si viene a Colombia, ya que varios expertos manifiestan que Mancuso tiene información en torno a la relación de los bloques paramilitares, el ejército, y políticos de distintas zonas de Colombia. Y que por lo tanto existen sectores con mucho poder que no les beneficia qué Mancuso hable en la JEP.
Pero sí queremos ir en búsqueda de realizar aquella paz firmada en el 2016 es necesario que Mancuso regrese a Colombia para realizar los procesos de verdad, justicia y reparación propios y necesarios de los acuerdos de paz. Esta serie de procesos son fundamentales, más allá que para un cumplimiento burocrático, para que las víctimas y afectados de la guerra tengan la posibilidad de conocer la verdad de los sucesos, para que se pueden hacer reconstrucciones de los hechos por parte de historiadores, y para que se puedan encontrar cuerpos de gente desaparecida. Claramente, si Mancuso va a Italia pagaría una condena mínima por los crímenes que aun tiene por responder y tendría muchos beneficios jurídicos y de seguridad de los que tendría acá en Colombia, pero como ya mencioné Colombia se quedaría sin verdad, sin justicia, y sin reparación. Además hay algunos que aseguran que, en caso de ser extraditado a Italia, existe la posibilidad de remitir y solicitarle al Tribunal Europeo de Derechos Humanos juzgue a Salvatore Mancuso. Lo cual es totalmente falso ya que el Tribunal juzga Estados por su responsabilidad, no a personas que han cometido delitos, y por lo tanto, la impunidad con Mancuso seria eminente.
Es necesario que el gobierno sea menos negligente en este caso, y le de la importancia necesaria, para apelar a todos los recursos jurídicos posibles de modo que Salvatore Mancuso vuelva a Colombia a responder por los crímenes pendientes y a construir aquella paz, que aunque no es perfecta, es necesaria para las víctimas.
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