El viernes 10 de abril de 1970, Londres amanecía con una sorpresiva noticia en la primera plana del Daily Mirror: Paul dejaba a Los Beatles. Aunque McCartney fue tratado como el verdugo de los anhelos de una generación completa, la verdadera decisión la había tomado Lennon unos cuantos meses atrás, cuando en una reunión abrió diciendo: “Me voy de este grupo”, para salir del edificio de Savile Row junto a su esposa y no volver nunca más con la banda.
Diez años y medio después, en diciembre de 1980, las noticias volvían a ser inesperadas y para nada positivas. John Lennon había sido asesinado. Con este hecho, la esperanza de una reunión de la banda era imposible. Era un contexto desalentador, Lennon volvía a relanzar su carrera después de una ausencia de cinco años en la que decidió criar a su hijo Sean. Las cosas estaban mejor con McCartney, luego de la fuerte pelea que tuvieron a principios de los setenta por su separación, estaba sobre la mesa un reencuentro basado en la nostalgia. Carl Perkins cuenta que las últimas palabras de Lennon a McCartney fueron: “Piensa en mí de vez en cuando (Now and then) viejo amigo”. Entre John y George prácticamente ya no había relación, ya que Lennon consideraba que había sido tratado injustamente en la autobiografía de Harrison. Con Ringo Starr simplemente no había forma de pelearse.
Fue hasta los primeros años de la década de los noventa cuando Yoko Ono encontró un casete titulado Para Paul con demos de canciones inéditas compuestas por Lennon. Ella, en un acto muy propio de su personalidad, le ofreció a Elton John completar las canciones a cambio de un acuerdo económico. Elton, actuando de la misma forma, conforme a su ser, las rechazó tajantemente considerándose indigno de completar las canciones. A Yoko no le quedó más remedio que dárselas a Harrison, este volvió a reunir a los tres Beatles restantes y decidieron completar las canciones bajo una sola condición: si funcionaba bien, si no también, y bajo ese supuesto nadie podía poner condiciones sobre el resultado final, mucho menos Yoko Ono.
De esta reunión salieron dos canciones de los tres demos que habían escogido: Free as a Bird y Real Love, las cuales fueron publicadas en Anthology, un proyecto compuesto de tres discos con grabaciones inéditas de todo su trabajo junto a un documental de la historia contada por los mismísimos integrantes de la banda. Fue un trabajo emocionalmente difícil, pues Lennon ya no estaba, además, técnicamente no la tenían fácil, grabar sobre unos bocetos de canción hechos en un casete distaba mucho de la calidad de una grabación profesional. Con ayuda de Jeff Lyne, cabeza de Electric Light Orchestra, amigo cercano de Harrison y admirado por los Beatles, especialmente por Lennon, que lo consideraban su sucesor, fue que se logró la producción de las canciones. Por razones como la mala calidad del demo, el desgaste que habían tenido con las otras dos canciones y el poco tiempo que tenían, es que, después de intentar grabar Now and Then, la desecharon. Harrison la calificó como “Una puta basura”.
En el 2021, se publicó el documental Get Back, de Peter Jackson, sobre las sesiones de Let it be, el último álbum de The Beatles. Este se adelantó con una remasterización rigurosa de audio y video, además de la posibilidad de poder aislar sonidos determinados que lograban la purificación el audio. A partir de esto, McCartney decidió perfeccionar tecnológicamente el casete de Lennon, recuperar las grabaciones de guitarra acústica que Harrison había hecho en el 94 y llamar a Ringo para completar la canción. Esta vez, la última canción de The Beatles que fue producida por Giles Martin, hijo del productor George Martin, artífice de gran parte de la discografía del grupo, en especial de sus canciones más icónicas.
El resultado final fue el expuesto la semana pasada. Una canción simple y nostálgica junto a un video entre ridículo y melancólico, dirigido por Peter Jackson. El público está feliz, sus fanáticos extasiados. Los Beatles vuelven a ser número 1 en Inglaterra, a pesar de su disolución hace 54 años. Now and Then es una mezcla particular entre el pasado y el presente, que demuestra cómo la música y su legado son capaces de traspasar cualquier tipo de fronteras, hasta las propias limitaciones de la muerte.
Estudiante de Derecho y Ciencia Política en la Universidad de Los Andes. Melomano con un apetito musical amplio y fan de los libros y las letras.
