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Y ¿Porqué no RE-IMAGINAMOS a Colombia? Capítulo 1; Reflexión

Actualizado: 1 jul 2020

Cuando, una mañana, Gregor Samsa se despertó de unos sueños agitados, se encontró en su cama transformado en un bicho monstruoso […] ¿Qué me ha ocurrido?” Página uno de la Metamorfosis de Franz Kafka (1915). Con las medidas de confinamiento y de distanciamiento social, ¿no nos sentimos todos como aquella mañana en la que despierta Gregor Samsa?; desconociéndonos a nosotros mismos, sin encontrar que mas hacer para pasar el tiempo. Indudablemente el coronavirus llegó a todas nuestras vidas de una manera inoportuna, siendo causal de cambios severos en nuestra vida diaria. Pero esta pandemia ha permitido abrir los espacios éticos y culturales para proporcionar lugar al cambio individual y por supuesto al cambio colectivo. Claro, es muy complejo comprender un cambio tan abrupto; pasar de ser un humano normal, de vivir una vida agobiada por la interacción social, pasar de una realidad rápida y volátil, a una comprimida e inamovible, a ser el bicho monstruoso, pero no el de Kafka, sino el del confinamiento. El coronavirus nos trae mucho de lo que reflexionar; lo importante que es la libertad, lo valiosas que son las conexiones humanas, las relaciones interpersonales, lo que verdaderamente representa la vida.

Comienzo con este articulo, una antología de textos de opinión, entrelazados por cuestiones que nos compete a nosotros los jóvenes, comprender, analizar y opinar, para poder construir una nueva realidad. Primeramente, inicio con una reflexión, una reflexión entorno al efecto ético y moral que ha traído el coronavirus a la identidad humana, con relación al efecto positivo que este virus puede tener para el futuro de Colombia. Nos encontramos en un momento de la historia humana, donde se rompen los paradigmas, donde el cambio no es necesariamente bienvenido, pero es mas que necesario, nos encontramos en un momento donde hemos de tomar decisiones como individuos, como país y como humanidad.

La llegada del COVID-19 ha traído consigo una ola de cambios en todo el sentido de la palabra; a la economía, la política, la sociedad civil, el arte, la literatura, la filosofía, entre otros, pero ha permitido crear un espacio tiempo dedicado exclusivamente a la abstracción individual y posteriormente a la reflexión. Esta pandemia nos ha permitido cuestionar nuestros sistemas éticos e ideológicos, tanto así que nos hemos permitido conocernos mas a nosotros mismos. Leía hace un par de semanas el texto titulado “Sopa de Wuhan”, el cual es una recolección de los pensamientos de varios filósofos contemporáneos, quienes narran sus perspectivas en torno al coronavirus. Capto mi interés lo que menciona el pensador esloveno Slavoj Zizek en su capítulo; “Coronavirus es un golpe al capitalismo al estilo de ‘Kill Bill’.” El autor dice “quizás otro virus ideológico, y mucho más beneficioso, se propagará y con suerte nos infectará: el virus de pensar en una sociedad alternativa, una sociedad más allá del estado-nación, una sociedad que se actualiza a sí misma en las formas de solidaridad y cooperación global.” Al considerar los pensamientos de Zizek, se puede encontrar que hay una correlación con un verdadero y significativo cambio que se hace de manera individual. El cambio ideológico individual que se lleva a cabo durante este tiempo de cuarentena ha de ser exclusivamente moral, donde haya un verdadero espacio de reflexión, en el cual cada uno se logre encontrarse a si mismo para poder adaptarse al cambio que ocurre diariamente alrededor de esta pandemia. Debe de existir un cambio racional, donde cada uno logre “crear conciencia” frente al funcionamiento ético durante y después de la pandemia.

Vivir durante estos tiempos de confinamiento y distanciamiento social me recuerda a un texto que leí cuando tenia quince años; publicado en 1947, Albert Camus presenta “La Peste”. Una novela filosófica irreverente, existencialista y sumamente reveladora para los ojos de un joven lector. Recuerdo este texto, debido a que comparte un paralelo con la situación actual, y encuentro este paralelo en un concepto, en un valor en especifico, la solidaridad; se encontró la solidaridad en Orán, Argelia, en el momento de sufrimiento por el golpe de aquella plaga. El tiempo de la pandemia del coronavirus y la novela “La Peste” me ha permitido llegar a pensar que este es el momento de la solidaridad. Este es el momento de la solidaridad en Colombia, este es el momento en que nos solidaricemos como una patria, como una nación, como un pueblo. Este es el momento en que los ciudadanos colombianos re-imaginen este país.

El COVID, nos abre las puertas para una nueva y mejorada Colombia; donde la economía se diversifiqué y se convierta en una economía mas sostenible y saludable, donde la educación publica este al mismo nivel que la privada, donde haya mayor interconectividad entre las ciudades y las zonas rurales, donde el emprendimiento sea incentivado, mano a mano por el estado y las organizaciones privadas, a una Colombia en la cual los jóvenes puedan involucrarse y participar de manera activa en la política del país, donde la corrupción, el hambre y la pobreza sean problemas del pasado, un país donde se incentive el conocimiento en la cultura, la literatura el arte, la música, un país que sea construido en conjunto por todos los colombianos.

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