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Rusia VS Arabia Saudita: El Comienzo de un Largo Camino al Descenso del Petróleo; Gastón J. Siegmund

No es un misterio, que hoy los precios del petróleo se encuentran en un estado verdaderamente deplorable. Llegando a niveles históricamente bajos tanto de demanda y por ende de precio. Si, la pandemia del COVID-19, es una causa importante para que la demanda haya caído como un ancla al fondo de los mares. Pero probablemente la situación de los precios podría ser una completamente diferente. Para poder hablar de esto, hay que hablar de dos grandes productores petroleros la OPEP y Estados Unidos.

En los últimos años, Estados Unidos con la subida de los precios del petróleo en años atrás, vio la viabilidad de incrementar su producción en las complicadas y si muy polémicas reservas de shale oil. Cuando Estados Unidos empezó a producir de manera desmedida inyectó una cantidad de oferta de petróleo al mercado que creó un nuevo equilibrio, y por la cantidad tan extravagante de petróleo en venta los precios se desplomaron. Acá entra la OPEP que después de largas negociaciones con Estados Unidos, decidieron que ambos limitarían su producción para poder incrementar los precios del llamado oro negro. La situación en marzo de 2020 fue una situación muy parecida.

Entra Rusia, liderada por su muy característico gobierno que en cuya cabeza se encuentra el muy peculiar Vladimir Putin. Rusia entra en la OPEP en el año 2016. Precisamente cuando los precios del petróleo cayeron, pero Rusia ha sido esa mula terca que decide que las reglas de producción y venta de la OPEP son más un consejo que un parámetro fijo que se desarrolla después de un análisis comprensivo de la situación económica mundial. Uno de estos, fue un análisis de predicciones de lo que una crisis del COVID-19 podría causar en el mercado petrolero una gran caída en la demanda de petróleo. Así que Arabia Saudita, considerada por muchos la cabeza de la OPEP, junto con varios de los países miembros, decidieron impulsar una medida que sirviera para apaciguar el impacto de la reducción de demanda proyectada. La medida en términos básicos consistió en una gran disminución de la producción petrolera, y así vender los excedentes y la producción guardada. Pero Rusia decidió no acatar esta medida tomando bajo su opinión dos casos. El primero que si reducían la producción, E.E.U.U., los pasaría como el productor más importante, y segundo que en Rusia, los campos petroleros tienen logísticas muy complejas que no permiten que la producción se reduzca de las maneras necesitadas.


Ahora bien, con lo presentado anteriormente, si el COVID-19, tuvo un impacto enorme sobre los precios del petróleo, pero considerando las medidas tomadas por los rusos, se podría ver que el mercado pudo no haber sufrido tanto, con unas reducciones controlables. Ese impulso ruso fue precisamente lo que llevó al desplome incontrolable de precios, creando una situación donde los precios del petróleo se redujeron a niveles que su recuperación sería bastante compleja. Hoy en día, la situación se logró resolver con los Estados Unidos actuando como mediador, y Rusia logrando acordar que reducirá su producción. Pero la pregunta que queda en mente siempre será la misma. ¿Se pudo haber evitado esta crisis? La respuesta es un si. Pero es una respuesta complicada. Pues la pandemia claramente iba a reducir la demanda de petróleo pues sectores importantes para mantener su alta demanda como: la aeronáutica, el transporte, e incluso el sector de energía no tendrían necesidad de altas cantidades de petróleo precisamente por el menor uso que se ha dado a los servicios que ofrecen estos sectores. Ahora bien, si los rusos hubieran entrado a cooperar con la OPEP este impacto pudiese haber sido controlado, pero un gobierno como el ruso, siempre pondrá a su país por delante, sin importar el impacto que sus acciones tendrán en el mundo. Pero esta vez la apuesta no los favoreció pues compañías como ROSNEFT la petrolera estatal rusa, sufrieron mucho en los mercados durante Marzo y Abril, las exportaciones y ventas de petróleo en Rusia se redujeron, causando que el rublo ruso perdiera el 30% de su valor. Este tipo de gestiones, son las que han parado a Rusia en el momento de poder considerarlo como una potencia económica. Destruyendo su propósito con cada acción desinformada que ese toma. Ahora se puede decir que con todo lo que ocurrió Rusia seguramente necesita una nueva tripulación en su buque de control económico, porque si dentro del gobierno solo se hace lo que diga Putin, este episodio puede ser el comienzo del fin de su largo período a la cabeza del gobierno ruso.

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