El Tiempo en la Mente; Fernando Hinestrosa

El reloj se mueve y la gente lo sigue. Ha sido la forma de ser por más de un siglo. Dicta cuándo podemos hablar o dormir. Crea horarios para comer o estudiar. Un arma de doble filo, que puede hundir a alguien en sus pensamientos, o empoderarlo en sueños. Sin el tedio diario del tráfico en las calles, sin cantidad de coerciones que normalmente hay, surge la pregunta ¿qué hago con tanto tiempo? La mirada fija en los mismos espacios día tras día, un gran desespero. El día es largo y entonces se dan los pensamientos. Menos distracciones, más espacio para esas ideas disparatas. Finalmente, no hay límite de tiempo para imaginar. Se puede pasar horas acostado imaginando el futuro, o quizás, cuestionando el pasado. Ideas que pueden destrozar a una persona que sólo busca distraerse. Puede que en este momento seamos cautivos del hogar, pero también somos libres de pensamiento: gran diferencia. ¿Qué hacer con tanto tiempo, si el hombre está acostumbrado a que cuando sueña tiene que despertarse para ir a trabajar? Si para distraerse solía salir a caminar o hacer ejercicio ¿qué hacer ahora que está encerrado? Este es un momento para crecer como individuo y colectivamente como sociedad. Mayoría de las personas que entran en una crisis emocional es porque no tienen la satisfacción suficiente con lo que son o lo que están haciendo, o porque no saben hacia dónde van. La cuarentena es un encuentro consigo mismo, dónde está bien sufrir, está bien no saber las respuestas de la incertidumbre. No obstante, el sufrimiento no es todo, y hay tiempo para explorar nuevos intereses, hacer cambios, darse cuenta de a dónde quieren llegar, y qué van a hacer para lograrlo. ¿Cuántas veces no han dicho; si tuviera tiempo, haría esto que tanto me gusta? Hay que intentar nuevas cosas, para afrontar estos nuevos desafíos y apoyarnos en quienes nos rodean, pues ellos nos ayudarán a persistir y despejar la mente. En fin, yo no hablo como un experto sino como un ciudadano en la misma situación que todos.