Se ha dicho a través de los años que la oratoria se resume en decir que es "el arte de la palabra" y el mero talento del "merolico" pero la oratoria es la experiencia y el aprendizaje hecho voz e impulsada por los sentimientos y dirigida por los ideales individuales.
El tiempo ha vuelto a la oratoria el tesoro más valioso que se heredó a la humanidad y siendo su propósito el de persuadir.
La oratoria nació en Sicilia y se desarrollo específicamente en Grecia, en la que se tomó como un concepto de instrumento para alcanzar el poder político.
Y es Sócrates el que en su escuela de Atenas se encarga de adjudicar las características de sabiduría al orador, siendo este, aquel con altos ideales bien definidos y con amplios conocimientos que pudieran aplicarse en la sociedad y el progreso del estado.
El día de hoy existe un número reservado de valientes Demóstenes y Marco Tulio puesto que, la oratoria no es simplemente transmitir sentimientos e ideales y persuadir con el conocimiento y alma poética sino, combinar el actuar con el pensar y defender hasta el último aliento eso que se defiende en la palestra o en las tribunas. Es por esto que la oratoria debería llegar a cada ser humano y tocar sus corazones para tener hambre de conocimiento y valentía de difundir y defender los valores humanos para construir juntos un mundo mejor.
Llevemos de la mano a la literatura y volvemos con las alas de la libertad para soñar y crear a un mismo ritmo, para ser el ejemplo de muchos y heredarle a nuestra Pachamama, seres humanos que le retribuyan amor en todos los sentidos y perduren generaciones fuertes y eruditas por infinitas generaciones.