Sin duda alguna, uno de los temas que ha dominado los últimos ciclos mediáticos, ha sido la crisis que está ocurriendo en Afganistán. Pues al empezar la retirada de tropas por parte del gobierno de los Estados Unidos, el Talibán, que es considerado como un grupo guerrillero con metas políticas, efectuó una serie de ofensivas a las principales ciudades del país. Estas ofensivas han seguido durante el transcurso de la semana, y el avance Talibán ha recibido poca resistencia militar por parte de las pocas tropas que quedan en el país, pues estas se han concentrado en mantener los centros estratégicos y vitales para la supervivencia de los ciudadanos que quedan en el pequeño país. Ahora bien, las imágenes que han sido mostradas de la situación demuestran varias cosas importantes. Primero, la creciente ola de refugiados que ha intentado salir del país. Segundo, un golpe de estado realizado contra un gobierno legítimo y apoyado por la ONU, y diferentes actores internacionales. Finalmente, una violación extrema de derechos humanos, y más específico de los derechos de la mujer. El Talibán quien se ha tomado el poder por parte de las armas, representa un temor fuerte para el futuro del país de Asia Central pues buscan plantear un estado quasi-teocrático en el país históricamente inestable.
Contando con lo anterior, es importante hacer un pequeño contexto histórico y geopolítico. Las fronteras de Afganistán fueron dibujadas arbitrariamente por poderes colonizadores durante el siglo XIX para poner un espacio entre los territorios de la corona británica en el subcontinente hindú. La Línea Durand como se llamó a dicha frontera, fue dibujada arbitrariamente sin tener en cuenta: contextos geográficos, étnicos, religiosos y raciales. Esto llevó a que una serie de grupos demográficos, se vieran agrupados dentro de una sola manta, y al mismo tiempo grupos separados y familias en otras partes. Un gran ejemplo de esto es la situación de los Pashtún. La mayoría de la población Pashtún, se encuentra en Pakistán, pero debido a la línea Durand, el grupo se vio separado entre lo que en ese momento era parte de la corona inglesa, y Afganistán. Esto no solo ha colaborado a la inestabilidad interna del país, sino que además ha colaborado a que la frontera entre Pakistán y Afganistán sea una de las más peligrosas del mundo. Con un constante tráfico de armas, personas y drogas, que han servido para financiar los esfuerzos del Talibán. Por otra parte, está la división étnica interna del país, y como estos grupos diferentes no siempre están en paz con los otros. El carácter multiétnico de Afganistán ha sido uno de los principales contribuyentes a la inestabilidad interna del país. Pues al igual que muchos países donde convienen grandes cantidades étnicas, no se ha podido centralizar el poder bajo un solo gobierno que sea aceptado por todos los grupos. A la falta de centralización del poder, se le debe agregar el hecho de que la geografía de Afganistán no ha permitido que se puedan unir todos los diferentes centros de poder pues el territorio en su mayoría es extremadamente montañoso y las incursiones militares internacionales, acompañado de la falta de capital interno en el país, no han permitido que se pueda verdaderamente crear una infraestructura que pueda conectar a la capital Kabul, con el resto de la nación. Esto ha generado una situación precaria, pues el hecho de que no haya una centralización del poder fue lo que precisamente permitió que el Talibán haya podido tomar con tanta velocidad el poder.
Antes de tocar base en lo que ha ocurrido en los últimos días y las implicaciones políticas y sociales que ha tenido la toma del poder por parte del Talibán, hay que resumir un poco la incursión estadounidense en Afganistán. El 11 de septiembre de 2001, será un día que vivirá en la infamia por el resto de la historia. Las imágenes de dos aeronaves secuestradas por la celda terrorista Al-Qaeda, la cual tiene conexiones históricas con el Talibán, estrellándose contra las Torres Gemelas en Nueva York dejó una imagen fuerte grabada en la mente de todos los que vieron lo ocurrido. Es importante hacer referencia al ataque a las torres gemelas, pues este atentado fue el acto bélico, que llevó a que Estados Unidos activara la clausula quinta del tratado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), este artículo dice que un ataque a un país miembro de dicha organización es un ataque a todos, y todos los países miembros deben unirse al esfuerzo bélico de defensa. Con los países de la OTAN y una serie de aliados, se convoca la coalición de los dispuestos que fueron los países que apoyaron durante los 20 años de incursión militar liderada por E.E.U.U.
La incursión militar fue recibida con mucha especulación por parte de la comunidad civil de muchos de los países de la coalición, y en Afganistán sin duda alguna despertó imágenes de lo ocurrido 12 años antes con la incursión militar por parte del régimen de la Unión Soviética, pero muchos afganos también recibieron la incursión con una semblanza de esperanza, pues los gobiernos aliados prometían acabar no solo con el Talibán y las celdas terroristas que dominaban al país, sino que prometían traer democracia y libertad a la nación históricamente inestable. La incursión militar empezó como prometieron estos grupos con fuertes ataques a puntos estratégicos Talibanes y de Al-Qaeda, pero al igual que en Vietnam, los ejércitos que incursionaron no estaban preparados para una guerra de contraguerrillas, pues el Talibán no es un ejército masivo y su mejor aproximación es una guerrilla al estilo del Viet Cong o las FARC. Aunque tomó unos diez años, la incursión empieza a demostrar avances cuando en el año 2011el ejército estadounidense logra abatir a la cabeza detrás de Al-Qaeda y miembro de alto rango del Talibán Osama bin Laden. Después de diez años, el ejército estadounidense y la coalición de los dispuestos logró una victoria importante. Durante la segunda mitad de la incursión, con el Talibán supuestamente en retirada y debilitado, empezaron los procesos de traer democracia y libertad al país tan inestable. Pero los problemas del pasado empezaron a resurgir. La enorme inestabilidad política dentro del país causada por las razones anteriormente mencionadas no permitió que este proceso podría ser realizado a corto plazo. Pero después de 10 años, las cosas empezaron a mejorar lentamente, el gobierno fue visto como el más legítimo en años, se tomaron medidas de liberalización tanto social como económica, y Afganistán estaba emprendiendo el largo camino hacia una estabilidad. Esto nos lleva a la estrategia de retirada apresurada tanto por los gobiernos de Biden y de Trump. La culpa no la tiene una sola de las administraciones sino ambas pues la salida apresurada y sin una estrategia concreta fue precisamente lo que causó que el Talibán haya podido tomar las ciudades con gran facilidad.
Ahora bien, la falta de una estrategia concreta y que además no consideró los factores históricos, geográficos, sociales y políticos del país, causó que a partir de mayo de 2021, el Talibán empezara a reemerger con una fuerza potente, para junio del mismo año ya habían conquistado la parte del norte del pequeño país, y en agosto del 2021, haya caído Kabul, y el presidente que se trabajó por poner haya salido exiliado a los Emiratos Árabes Unidos. Ahora bien, el avance tan rápido por parte del talibán dejó tres cosas claras: la incapacidad de los grandes ejércitos de tomar guerras a contraguerrilla, la mala gestión de la retirada de tropas por parte de las administraciones de Biden y Trump, y por último que la incursión militar fue efectiva para mantener la paz a corto plazo. Lo interesante es que un simple análisis del contexto sociopolítico del país pudo haber predicho la situación. Pues la presencia militar internacional sirvió como un método de “control” hacia la situación inestable. Pero la salida de estas tropas tan rápidamente, y no de manera controlada y paulatina fue lo que causó que el Talibán a pocos meses de la retirada lograra tomarse los centros importantes de poder. Considerando que el Talibán no pudo ser vencido por la incursión por falta de experiencia en guerras contra grupos armados al margen de la ley, y la situación inestable del país, la situación actual aunque impactante no es extremadamente sorprendente, y era altamente probable de que pasara. Aunque cualquier retirada de tropas tenía en si una serie de riesgos, una retirada más estratégica y menos politizada hubiese mitigado algunos de estos.
Ahora bien, hay que contextualizar también a quienes se han tomado el poder, y porque la situación dentro del país es tan precaria. El Talibán, surge como una milicia de resistencia en 1994. Durante la época de inestabilidad que surge después de la invasión soviética. Uno de sus mayores objetivos era purificar al país de la decadencia traída por el gobierno comunista y la invasión de la URSS. El grupo mayoritariamente Pashtún basado en Kandahar, logra tomarse el poder en 1996, y con la incursión militar del 2001, fueron removidos del poder después de 5 años y por 20 años volvieron a ser una milicia de resistencia con carácter insurgente. Kandahar es uno de estos centros que han afectado a la descentralización del poder, pues el grupo Pashtún siempre se ha sentido mal representado en los gobiernos afganos. En 2021, lograron otra vez por la fuerza, tomarse el poder y formar un segundo “gobierno”. Este segundo gobierno en sus pocos días de existencia ya ha tomado medidas autoritarias, dictatoriales e incluso despóticas.
Las imágenes de miles de refugiados inundando el aeropuerto de Kabul, que tuvieron que escapar tras la violenta incursión militar del Talibán en la capital y las violaciones a derechos humanos pero esta crisis de refugiados no es nueva, solo que se ha dinamizado enormemente por el nuevo conflicto que ha emergido tras la retirada de tropas. Según la ACNUR, Afganistán es la tercera crisis de refugiados más grande del mundo con 2.6 millones de personas (sólo se le adelantan Syria con 6.2 millones de personas y Venezuela con 4 millones de personas). Pero la nueva situación con el Talibán y sus nuevas leyes, y situación de crisis en el país seguramente causarán un enorme incremento en estas cifras.
Ahora bien, de estas nuevas medidas que ha planteado el régimen ilegítimo del Talibán incluyen una serie de violaciones a los derechos de la mujer. Por más de que históricamente Afganistán llevaba mucho tiempo como un país musulmán estricto y que constantemente demostraba bajos índices de libertad para las mujeres, durante los años de la incursión militar y del gobierno apoyado por la coalición de los dispuestos mostró índices de crecimiento en este aspecto. Estos fueron rápidamente destruidos por las estrictas prohibiciones impuestas por el Talibán, e incluso incrementaron casos de violencia contra la mujer por parte de las fuerzas invasoras del Talibán. Por otra parte, la decisión de instaurar un gobierno teocrático en el país en el que se persiga a todo aquel que no cumpla con los cánones de la religión estatal impuesta también supone una gran violación a los derechos humanos. En Afganistán también conviven sociedades hindús y de otras religiones e incluso Chiitas que han sido perseguidos por el grupo Sunni. Las violaciones desencadenadas a los derechos humanos han aportado a la grave situación en la cual se encuentra Afganistán hoy en día. Sin duda alguna la rápida salida de las fuerzas de la coalición de los dispuestos colaboró a este fenómeno tan deplorable que ese está evidenciando hoy en Afganistán, pues fue la falta de planeación lo que permitió el avance desmedido del Talibán. Pero culpar las acciones del Talibán a un contexto socio-político histórico o a la rápida salida de los ejércitos no es lo correcto. La culpa ya viene ser de los mismos extremistas que tomaron el poder de manera ilegítima.
Actualmente, las imágenes demuestran una imagen preocupante de lo que está ocurriendo. Personal diplomático siendo atacado, civiles arrestados por resistir contra el régimen Talibán e incluso las imágenes de miles afganos intentando escapar desesperadamente por cualquier método posible. Esta situación sirve para demostrar que la incursión militar y el servicio de los valientes que fueron a pelear en Afganistán si valió la pena, pues aunque haya sido ineficiente, aunque haya faltado construcción de infraestructura, aunque haya faltado una estrategia contundente de salida, si valió la pena. Pues, aunque Afganistán no llegó a ser completamente estable, si llegó a tener la esperanza de poder serlo en un futuro. Además aquellos que dieron su vida por una causa como la democracia, la libertad y la seguridad ciudadana no merecen que su servicio sea menospreciado, simplemente porque no se estuvo de acuerdo con lo ocurrido.
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