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Caos en la Frontera; Gastón J. Siegmund

La crisis humanitaria y social que se ha desarrollado en la frontera colombo-venezolana, no es ningún misterio. Con millones de venezolanos cruzando la frontera para escapar la grave situación que afecta al país petrolero. La crisis venezolana, la cual se ha visto empeorada por la coyuntura del COVID-19, puede ser considerada un verdadero ejemplo de lo que es un estado fallido. Con un gobierno que se ha preocupado más por mantener sus redes de narcotráfico y violencia estatal que de cuidar a sus ciudadanos. Una de las mayores alianzas que ha tenido el régimen de Maduro ha sido con los grupos guerrilleros de Colombia y sus líderes. Estos grupos, los cuales han sido declarados como organizaciones financiadas por el narcotráfico, en múltiples ocasiones han expresado su apoyo hacia el régimen de Nicolás Maduro. Es importante contextualizar esto, pues ayudan a formar el precedente de la grave situación que se desató en marzo del 2021. En la ciudad fronteriza de La Victoria en el Estado Apure, se han llevado a cabo una serie de enfrentamientos, entre grupos al margen de la ley originados en Colombia, precisamente el ELN, y los frentes 28 y 10 de las disidencias de las FARC, reconocidos grupos que han tenido fuertes diferencias ideológicas con el líder de la Segunda Marquetalia el fuerte aliado del régimen dictatorial en Venezuela Iván Márquez.


¿Pero que habrá causado el incremento de la violencia en la frontera? Esta pregunta es una que se ha hecho en múltiples plataformas, pero la realidad es que esta no es la pregunta correcta. Pues la actividad de los grupos terroristas en la frontera entre Colombia y Venezuela se ha basado en manejar las infames trochas. En estas trochas que pasan por ríos que se desbordan de su caudal, y principalmente por cruces informales en territorios controlados por la guerrilla. Estos cruces informales han dado a estos grupos un oligopolio en el momento de controlar quien y que cruza por las trochas. Durante más de 30 años, estos cruces han operado como embudos para el tráfico de drogas y de contrabando de artículos como gasolina, ganado y minerales. Además, el éxodo migratorio de venezolanos al resto del continente latinoamericano, el cual empieza en Cúcuta, ha causado que el uso de estas trochas haya tomado un rol parecido a los casos de los coyotes en la frontera entre México y Estados Unidos. Combinando el negocio del narcotráfico y el contrabando, con el de los cruces ilegales de la frontera, controlados por los guerrilleros, han creado que el negocio del mercado negro en la frontera sea uno que le ha dado gran capital económico a estos grupos. La existencia de un régimen que históricamente ha colaborado con estos grupos para que puedan operar y refugiarse en territorio venezolano, ha permitido una gran expansión de los mismos y de sus operaciones. Ahora bien, no es ningún misterio que históricamente Iván Márquez y el gobierno venezolano han colaborado, y el mismo gobierno ha dado refugio a estos grupos. Pero esto no puede ser suficiente para causar el incremento de la violencia. Ahora bien, la historia de estas rutas, puede llevarse hasta 40 años atrás, pero la situación creada por el COVID-19, ha dado paso a un incremento exponencial de las operaciones en la frontera.


La pregunta que se debería plantear es más bien ¿Por qué ahora, que ha dado paso para el incremento de la violencia? La respuesta es sencilla: el cierre de la frontera de más de 2.000 km que divide a Colombia y a Venezuela. El cierre de los canales oficiales, ha obligado a la multitud de migrantes que buscan salir de Venezuela, o aquellos que tienen que entrar a Venezuela. La economía ilícita que ha emergido en la frontera, se ha visto potenciada por el cruce ilegal de personas y el gran negocio que esto trae. El flujo de venezolanos a Colombia, no tiene señales de paro a corto plazo, y es ilógico cerrar la frontera en este momento, pues esto ha permitido que los grupos al margen de la ley no sólo puedan obtener una mayor cantidad de recursos, sino que deseen controlar mayor parte del territorio para poder obtener un pedazo de la torta. En Colombia, en este momento se puede considerar que hay tres grupos guerrilleros que actúan como rivales, aunque solo uno mantiene fuertes relaciones con el régimen venezolano. Estos son: El Ejército de Liberación Nacional (ELN), la Segunda Marquetalia liderada por Iván Márquez, y los frentes 28 y 10 de las Disidencias de las FARC liderados por Alias Ferley. La zona de la frontera entre Arauca y Apure, ha sido controlada por el ELN desde los años 80, pero el crecimiento exponencial de los frentes liderados por Ferley, ha creado que estos deseen establecer el control de este territorio, y para poder hacerlo, además de enfrentarse al ELN, se han enfrentado a un fuerte aliado de los frentes liderados por Iván Márquez, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).


El 21 de marzo, los habitantes de La Victoria en Venezuela, se encontraron con una serie de bombardeos impartidos por las guerrillas. Estos enfrentamientos se han desarrollado por más de un mes, y casos como el incendio de la casa de Aduanas de La Victoria, sólo demuestran el deseo de ver este enfrentamiento bélico hasta el final de las guerrillas. Esta serie de enfrentamientos ha causado que 4.200 civiles inocentes se hayan visto obligados a cruzar peligrosamente el Río Arauca, situación de alto riesgo que pone en peligro sus vidas, para poder estar en una situación verdaderamente deplorable en Arauquita. 4.200 desplazados no es una cifra normal y menos que se desarrolle en un período de 5 semanas apenas, esto sólo demuestra que la situación en Apure sea una de gran peligro, y tanto el gobierno de Nicolás Maduro, y sus alianzas con la guerrilla, y los guerrilleros hayan puesto en peligro la vida de los inocentes ciudadanos venezolanos. Ahora bien, parte de la historia no oficial reportada en algunos medios como el ABC, dicen que la FANB ha combatido con tanta fuerza, que la defensa nacional no puede ser su único objetivo, sino que con este enfrentamiento buscan solidificar el control de su aliado Iván Márquez en la región, y en el narcotráfico. En esta situación se encuentran objetivos, bélicos, políticos y criminales lo que simplemente sirve para fortalecer la lucha de las guerrillas, pero este conflicto que se ha dado por una serie de actos ilegítimos y criminales, solo ha puesto las vidas de los venezolanos inocentes en peligro. Así que esto es un llamado a la conciencia, de entender que esta situación que está ocurriendo es atroz y debe acabarse, porque al final los que han terminado pagando la cuenta ajena han sido los ciudadanos a los cuales su derecho a una vida segura ha sido soslayado y destruido. Aunque abrir la frontera ayudaría a frenar la actividad ilegal, en este momento solo serviría para poco pues ya el conflicto causado por esta coyuntura se desató, lo que hay que esperar ahora son las acciones que van a tomar los gobiernos y la comunidad internacional para frenar esta situación que sin duda alguna ha llevado a suficientes violaciones de los acuerdos de ginebra, y al derecho internacional humanitario para justificar una acción contundente por parte de la comunidad internacional.


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